Para la Orden la formación doctrinal es importante porque la virtud de la piedad y la oración se fundamentan en la razón, por eso no se puede amar lo que no se conoce; en cambio, cuanto más y mejor se conoce a Dios, más y mejor se lo puede amar.
Además, el tono de la vida cristiana, las virtudes, los sacramentales y las devociones tienen una razón y un fundamento; lejos de ser prácticas automáticas o caprichosas, son verdaderas muestras de amor de Dios y para ello, es menester conocer su origen y su finalidad.
Es con este objetivo, que la Orden ofrece formación doctrinal a sus miembros mediante reuniones periódicas que abarcan un amplio abanico temático que va desde filosofía y teología hasta asuntos de actualidad y vida cristiana. Asimismo, se organizan misas en las festividades propias de la Orden.