«…lo importante es avanzar, con el Espíritu Santo, por el único camino de la oración: Cristo Jesús». (Catecismo de la Iglesia Católica nº 2707)
En el mes de Noviembre se llevará a cabo un retiro espiritual para los Caballeros que será predicado por Mons. Cavaller CSS.
El retiro espiritual, es una ocasión propicia para la meditación: “…es, sobre todo, una búsqueda. El espíritu trata de comprender el porqué y el cómo de la vida cristiana para adherirse y responder a lo que el Señor pide. Hace falta una atención difícil de encauzar.
Habitualmente se hace con la ayuda de algún libro, que a los cristianos no les faltan: las sagradas Escrituras, especialmente el Evangelio, las imágenes sagradas, los textos litúrgicos del día o del tiempo, escritos de los Padres espirituales, obras de espiritualidad, el gran libro de la creación y el de la historia, la página del “hoy” de Dios”. (Catecismo de la Iglesia Católica nº 2705).
La oración y la meditación están orientadas a descubrir la voluntad de Dios para identificarse con ellas “…Se trata de hacer la verdad para llegar a la Luz: “Señor, ¿qué quieres que haga?” (Catecismo de la Iglesia Católica nº 2706).
La práctica del retiro espiritual tan propia de los católicos, implica alejarse momentáneamente del trajín cotidiano para reflexionar y meditar sobre la propia relación con Nuestro Señor y nuestro camino junto a Él. “…La meditación hace intervenir al pensamiento, la imaginación, la emoción y el deseo. Esta movilización es necesaria para profundizar en las convicciones de fe, suscitar la conversión del corazón y fortalecer la voluntad de seguir a Cristo. La oración cristiana se aplica preferentemente a meditar “los misterios de Cristo”, como en la lectio divina o en el Rosario…” (Catecismo de la Iglesia Católica nº 2708).
La verdadera identificación con Cristo es la concreción del juramento de defensa de la Fe y de la Santa Iglesia por eso mismo “…Esta forma de reflexión orante es de gran valor, pero la oración cristiana debe ir más lejos: hacia el conocimiento del amor del Señor Jesús, a la unión con Él”. (Catecismo de la Iglesia Católica nº 2708).