Santa Misa por los difuntos de la Lugartenencia
«Frente a la muerte, el enigma de la condición humana alcanza su cumbre» (GS 18). En un sentido, la muerte corporal es natural, pero por la fe sabemos que realmente es «salario del pecado» (Rm 6, 23; cf. Gn 2, 17). Y para los que mueren en la gracia de Cristo, es una participación en la muerte del Señor para poder participar también en su Resurrección (cf. Rm 6, 3-9; Flp 3, 10-11)”; así dice el punto nº 1006 del Catecismo de la Iglesia Católica.
En la Orden -dentro de la costumbre de rezar por quienes nos han precedido- reviste mucha importancia rezar por los difuntos de cada Lugartenencia y, más aún, en el mes en el que se conmemoran a los difuntos. Por eso, el pasado 28 de noviembre, el Padre Saguier Fonrouge, celebró en la capilla del colegio Jesús María, la Santa Misa por los difuntos de la Lugartenencia.
Además, es otra ocasión de recordar el maravilloso misterio de unidad que existe entre la Iglesia Triunfante –conformada por los bienaventurados que ya se encuentran en el Cielo y que intercede por nuestra salvación- y la Iglesia Militante, los que aún estamos en la Tierra pero sin olvidar que vamos camino a la Casa del Cielo.
La ceremonia fue organizada por el Ceremoniero Laico, D. Gustavo Arigós CC con la colaboración de los Caballeros que se ocupan de la liturgia; la música sacra estuvo a cargo del coro que junto con los músicos interpretaron obras clásicas con la finalidad de ayudar a rezar.
Cabe destacar que fueron invitadas las familias de muchos Caballeros de modo que hubo una nutrida concurrencia de familiares y amigos.