Entrevista al Director de la Cátedra Pontificia de la UCA Dr. Marco Gallo

¿Nos interesaría que nos cuente qué es la Cátedra Pontificia?

La Cátedra Juan Pablo II fue instituida en 2003 en ocasión del XXV aniversario del inicio del ministerio apostólico de San Juan Pablo II por el Rector de la UCA y su Canciller de entonces, el cardenal Jorge Mario Bergoglio.

Sucesivamente en el 2013 se ha constituido como Cátedra Pontificia (Juan Pablo II, Benedicto XVI, Francisco). Es un espacio académico multidisciplinar dedicado al estudio, investigación, organización de seminarios y jornadas de estudio sobre el pensamiento de estos tres últimos pontífices, sobre su ministerio pastoral.

Tiene un enfoque divulgativo orientado sobre todo hacia las nuevas generaciones de estudiantes. También se han realizado libros y publicaciones, en estos años sobre el pontífice polaco y Papa Francisco.

Usted participó de un seminario sobre los aspectos ecuménicos, interreligiosos y geopolíticos de Medio Oriente ¿Cómo describiría la situación de los católicos que viven en Jerusalén?

Pienso que es una situación compleja, no fácil, como la de una minoría. Por esto es importante siempre promover iniciativa para que estos nuestros
hermanos no caigan en el olvido de la opinión pública y se pueda siempre
subrayar el valor de su presencia milenaria allí’ para continuar a custodiar su presencia.

El sostén de la oración, por ejemplo es fundamental. E iniciativa como la de este seminario ayuda para comprender el tesoro de su presencia en la tierra de Jesús.

¿Qué opinión le merece la idea de la unidad de los cristianos, es decir, el apoyo mutuo entre los católicos y el resto de las comunidades cristianas?

Todas las iniciativas de dialogo y de encuentro entre los cristianos en Tierra Santa son las bienvenidas. El ecumenismo de la sangre como nos recuerda hoy Papa Francisco es el camino más verdadero hacia la unidad entre las diversidades de confesiones. Muchas veces no hemos dado testimonio de unidad, al contrario justamente en el Santo Sepulcro se han sucedido eventos en tendencia contraria.

Por esto el encuentro entre comunidades cristianas fomentadas por los Patriarcas y el Patriarcado Latino es siempre ocasión para fortalecer estos lazos y construir una fraternidad más amplia, en el respeto de la diversidad de historia y de sensibilidad de cada confesión cristiana.

La Orden del Santo Sepulcro canaliza su cooperación y socorro a los necesitados a través del Patriarcado Latino de Jerusalén ¿qué otras iniciativas de la Iglesia hay en la región?

La Santa Sede a través de la Comisión de las Iglesias Orientales siempre ayuda las necesidades de aquellos cristianos católicos y no que viven en los Santos Lugares, también otras organizaciones católicas y no también a través de la promoción de las peregrinaciones ayudan la supervivencia de “este pequeño rebaño”.

Por ejemplo se está trabajando para la reconstrucción de las Iglesias y los lugares de culto destruidos en la guerra en Siria.

Debemos esperar para que la situación geopolítica sea más favorable a la multiplicación de todas estas iniciativas de turismo religioso, como las peregrinaciones.

¿Cómo se lleva a cabo hoy la defensa de los Santos Lugares?

Pienso por una parte hay una diplomacia de la Santa Sede que trabaja permanentemente sobre estos aspectos. Las relaciones diplomáticas instauradas con el Estado de Israel en los años Noventa ha sido muy importantes en este sentido.

La posición de mediación de la Iglesia Católica que reafirma la unicidad de la ciudad Santa de Jerusalén, como capital de las tres religiones monoteístas es una posición firme justamente a defensa de los Lugares Santos, pero sin tonos de “cruzadas”.

El Santo Padre refiriéndose al conflicto armado en Siria dijo que era …“inaceptable que tantas personas indefensas –también muchos niños- deban pagar el precio del conflicto…”, ¿Qué necesita la Iglesia para permanecer en Tierra Santa?

La necesidad de una cooperación de todas las Iglesias cristianas de todas las partes del mundo; más voces se levantan contra las guerras y las injusticias que se cometen en Oriente Medio y más se puede crear como un gran movimiento de paz. Hay que movilizar las conciencias adormecidas de la masa crítica.

La positividad de la globalización es que somos todos más
interdependientes y entonces la guerra y los conflictos de Oriente Medio se repercuten en todo el mundo; hay que construir un equilibrio entre mayorías y minorías y trabajar sobre el derecho a la libertad religiosa

¿Cómo se realiza la actividad ecuménica en países en los que las autoridades viven en permanente conflicto bélico y a su vez cerrados al diálogo interreligioso y en los cuales las conversiones “se pagan caro”?

Hay actividades muchas veces que no tienen la luz de los reflectores de los mass- media. Hay tantas iniciativas a nivel universitarios de encuentro entre estudiantes cristianos, judíos y musulmanes, también en el campo artístico, musical. La antigua convivencia no se ha apagado, hay que reconstruirla, continuando con las nuevas generaciones. La historia de cristianos que han sido secuestrados por Daesh y que continúan a creer profundamente en el dialogo entre las religiones monoteístas es un ejemplo a seguir.

El dialogo nunca es violencia; es encuentro, conocimiento del otro, caída de prejuicios. No se puede responder con la lógica “ojo por ojo” sino con la “fuerza débil de la fe”, para detener el espiral de odio y de enfrentamiento.

Para finalizar, a su criterio y además de la continua oración ¿cuáles son las acciones de mayor importancia para socorrer eficazmente a nuestros hermanos en la Fe?

Repito la oración es la primera obra. Recordar nuestros hermanos cristianos, católicos y no en la Tierra Santa en nuestras oraciones es una deuda de amor que no termina nunca de pagarse.

Iniciativas culturales, encuentros artístisticos musicales; todas estas iniciativas en contra tendencia ayudan a construir nuevas tierras fértiles de dialogo y de conocimiento mutuo para las futuras generaciones protagonistas del mañana.

Ayudamos con las palabras a estos nuestros hermanos; porque como nos recuerda el escritor libanés Amin Maalouf “cuando terminan de escribir las plumas y se rompen surgen y vienen las armas”

Muchas gracias por la generosidad de su tiempo.