Semblanza de Enrique Shaw

Enrique Shaw nació en parís el 26 de febrero de 1921, su padre Alejandro Shaw, abogado, empresario y su madre Sara Tornquist, hija de Ernesto Tornquist uno de los empresarios más destacados de la Argentina de fines del siglo XIX.

Enrique, se podría decir nació en cuna de oro, pertenecía a una alta clase social y económica.

Fue un estudiante, marino, padre de familia y empresario brillante, hizo culto de las virtudes cristianas, todo lo que hizo estuvo bien hecho, amaba la perfección como camino para servir a Dios y al prójimo.

Ejerció la caridad en su sentido más amplio hasta sus últimas consecuencias.

Su madre murió cuando él tenía 4 años y antes de morir le pidió a su marido que quería que sus 2 hijos tuvieran una buena formación religiosa.

Su padre primero encargó su educación a los sacerdotes sacramentinos y luego a los hermanos maristas en el Colegio La Salle.

Tuvo una dura niñez, su padre se mudó por trabajo a Estados Unidos en 1929 y él estuvo un tiempo internado en un colegio católico de monjas en New York.

A su regreso a Buenos Aires en 1932 y mientras su padre viajaba periódicamente a Estados Unidos, permaneciendo allí largas temporadas, él y su hermano eran cuidados por sus tías y en su casa por una institutriz, fue al Colegio La Salle tuvo una destacada actuación, siempre tuvo los mejores promedios y en consecuencia estuvo siempre en el cuadro de Honor del colegio.

Siempre tuvo una actitud muy piadosa, visitando la capilla del colegio para rezar en los recreos sin llamar la atención. Ya demostraba una férrea voluntad.

Tuvo una apegada relación con un tío, Adolfo Tornquist, que se recibió primero de ingeniero y luego fue sacerdote salesiano que fue misionero durante 20 años en Medio Oriente, éste tuvo una gran influencia sobre Enrique.

Con el objetivo de forjar su carácter, tener autocontrol y no ser un flojo, el 2 de enero de 1936, sin haber cumplido los 15 años, ingreso para cursar el tercer año del colegio nacional, como cadete en la Escuela Naval Militar de Rio Santiago, siendo el más joven de su promoción logró tener los mejores promedios.

Con empeño se fue ganando el respeto y luego la amistad de sus camaradas de armas, en 1939 fue ascendido a Guardiamarina, luego Alférez de Fragata y en 1943 Teniente  de Navío, cargo con el cual Enrique dejó la Marina.

Le llamó la atención la rudeza y heterogeneidad social. Defendió con pasión sus ideas y su verdad.

En temas religiosos como la virginidad antes del matrimonio, fue claro y categórico,  él era virgen y llegaría virgen hasta el matrimonio,  por ello recibió malos tratos y chanzas de mal gusto que soportó siempre con dignidad y sin apelar a la contraofensiva.

Rezaba delante de sus compañeros antes de ir a dormir, era mas chico de edad y de físico lo que le dificultaba en muchas pruebas físicas lo que causaba las burlas de sus compañeros.

Jamás apelo a su alto nivel social o económico que era público y notorio, como desquite al mal trato al que lo sometían sus compañeros.

Soportó le dijeran cosas duras, subidas de tono, bromas, agresiones sutiles, ofensas poniendo énfasis en su religiosidad. Nunca respondió con agresividad ni mala cara, nunca contestó ni se enojó. Absorbía todo con naturalidad.

En una ocasión lo tuvieron en Berlín, esto es que ningún compañero podía hablarle durante un largo tiempo, esto lo hizo sufrir mucho.

Con el tiempo se demostró que Shaw no era débil, sino todo lo contrario. Con su silenciosa devoción daba una lección de Fe y un gran ejemplo con su propio estilo, perseverante, consistente, fuerte, austero, virtuoso y humilde.

En el verano de 1941 en Mar del Plata, encontró un librito del Cardenal Verdier, Manual de Cuestiones Contemporáneas que lo entusiasmó y lo llevó, a lo que él llamó su Conversión.

Al cumplir 20 años escribió q le pidió a Dios que produjera en mi los frutos que El desea, que me hiciera consciente de mis pecados y me convirtiera decidida y totalmente.

Mis ideas religiosas se concretaron en 2 puntos, comprender en serio que soy un pecador y que debo ir decididamente hacia Dios.

En 1944 con solo 23 años ha avanzado en su vida espiritual y escribe Los Peldaños en el Amor a Dios, donde escribe Premisas, Metas, Normas Generales y las siete Normas Prácticas para cada día. Todo un manual de una conducta virtuosa.

En 1945 es enviado por la Marina a estudiar Meteorología  a la Universidad de Chicago, en el viaje conoce a 2 sacerdotes franco canadienses, asesores de la Juventud Obrera Católica,  esto le fortalece su deseo de dedicarse al apostolado en el mundo del trabajo.

Al finalizar la guerra pide la baja en la Marina y el tío de su mujer León Fourvel Rigolleau le ofrece un puesto gerencial en la empresa Cristalerias Rigolleau SA y lo envía a capacitarse durante un año en la empresa Corning Glass Works con la que tenían una importante alianza estratégica.

Regresa a Buenos Aires en octubre de 1946 con su pequeña familia, allí va formando una familia ejemplar, con su mujer Cecilia Bunge también huérfana de madre de muy niña, tiene 9 hijos.

Fue un marido ejemplar, siempre atento a su esposa, escribió que un matrimonio es feliz  cuando uno de los cónyuges se propone, no ser feliz, sino hacer feliz al otro.

Fue un educador exigente, pero muy justo y nunca actuando arrebatado. Siempre calmaba los ánimos cuando había enojos, era abierto a otras opiniones y parecía que siempre se ponía en el lugar de los demás, pero era firme como una roca en sus convicciones.

Siempre estaba alegre, pero esa alegría de poner buena cara, no tener el ceño fruncido, fue fruto de un esfuerzo permanente.

Debemos exteriorizar nuestra paz, la alegría del alma, la mansedumbre, la serenidad y la dulzura. Gozo, alegría, jovialidad, aceptación alegre. Debemos ser agradecidos.

Era extremadamente generoso, decía hay que dar hasta que duela. Generosidad sin límites aunque no lo merecieran.

Ante las  adversidades decía que era una ventaja ya que sin eso no se hubieran conocido esas dimensiones de la vida que era necesario vivirlas para entenderlas.

Escribió: No debo pelearme, ni faltar el respeto, ni disgustarme siquiera aún teniendo razón yo. No hay que ser duro discutidor y airado, los Santos aman las almas. Evitaré que alguien alguna vez pueda quedarse con alguna espina conmigo.

Publicó un libro y lo tituló …Y DOMINAD LA TIERRA.

Para lograr cualquier cosa, indiscutiblemente lo más importante es ponerse a trabajar duro y parejo. Luego con un poco de organización y capacidad de síntesis van saliendo las cosas, pero hay que trabajar, trabajar y trabajar.

Es necesario divulgar la verdadera dignidad, el sentido y el gran valor sobrenatural del trabajo. Antes del cristianismo esto era propio de esclavos, pero Jesús quiso nacer de una familia de artesanos y ser trabajador el mismo.

El trabajo tiene una función social: sirve al bien general, es un lazo de unión del hombre con la naturaleza y los otros hombres. Mediante el trabajo llevamos a la práctica el dominio que Dios ha concedido al hombre sobre la naturaleza, más aún colaboramos con Dios en la obra de la creación prestando un servicio a Dios y haciendo un bien a la sociedad.

Por el hecho de ser hombres, aunque no fuéramos cristianos, y mucho más siéndolo, tenemos el deber de mejorar el mundo.

Como en la parábola de los talentos, no solo debemos ser agradecidos por los dones recibidos, también debemos hacerlos fecundar.

Los miembros responsables de la Iglesia deben darse cuenta del tan relevante papel del empresario ya que en su preocupación por los que menos tienen es desatendido.

Le daba mucha importancia a frecuentar los sacramentos, iba diariamente a misa matinal, comulgaba y rezaba el rosario, bendecía la mesa y se esmeraba en profundizar su fe, hasta el punto que organizó una librería que se llamó “La casa del libro católico”

A lo largo de su vida buscó y frecuentó buenos guías. Elegir un confesor y frecuentarlo y reflexionar antes de actuar es incrementar la capacidad de decidir mejor.

En viaje a USA, siendo marino conoció 2 sacerdotes que lo pusieron en contacto con Monseñor Hillebrand, luego arzobispo de Chicago, quien le da todas las recomendaciones para la organización de la ACCION CATÓLICA y la relación entre empleados y empleadores.

Entró en Rigolleau en octubre de 1946 como Asistente del Gerente de Planta, en 1952 Subgerente de Producción, 1954 Subgerente General y 1958 Administrador Delegado, el máximo cargo. El Presidente de la empresa era Leon Fourvel Rigolleau y Jorge Bunge, su suegro era director.

Escribió:

La empresa debe aumentar en forma ininterrumpida su rendimiento, debiendo hacer producir al máximo todos sus factores. Debemos trabajar en la elevación del hombre somos responsables de la ascensión humana de nuestro personal, sin trabar por eso, de ninguna manera su legítima iniciativa y su necesaria responsabilidad.

En que soledad me encontré entonces en mi trabajo como dirigente de empresa. Me sentí solo e incomprendido por unos y otros. Ningún representante de los sindicatos quería hablar a solas conmigo por miedo a comprometerse o a que los obreros pensaran mal de él. Tenía yo la impresión que existía una cortina entre los dirigentes de empresa y los trabajadores.

En que soledad me encontré entonces en mi trabajo como dirigente de empresa. Me sentí solo e incomprendido por unos y otros. Ningún representante de los sindicatos quería hablar a solas conmigo por miedo a comprometerse o a que los obreros pensaran mal de él. Tenía yo la impresión que existía una cortina entre los dirigentes de empresa y los trabajadores.

Tengo que ser amistoso, bondadoso y suave. Mantener una atención sonriente que haga aflorar las buenas cualidades de la gente.

La magnanimidad es la capacidad de ver lo bueno que hay en los demás.

Debo mortificarme por ejemplo ser amable con los que me molestan. Debo ser manso dulce, de rostro no ceñudo, sino jovial.

Por cada veinte minutos de oír, cinco minutos de hablar y entonces conversar, no discutir.

En la fábrica voy a escuchar, no a pontificar, no ir al grano, ser simpático aún con quienes no esté de acuerdo.

Señor dame un corazón que escuche. Debo tener un corazón que escucha… debo escuchar con el corazón.

Quiero tener cara alegre, simpática, cordial, más aún amistosa. Recordar lo importante que es cuidar la sensibilidad y el modo. No rezongar, saber reír y recordar que “atento” viene de poner atención al interlocutor.

No basta con las buenas intenciones, se debe responder a las necesidades de los demás. Ser como los demás necesitan que seamos: amables. Unión con Dios con el prójimo, entre nosotros.

El Señor no necesita de nuestros triunfos, sino de nuestro amor.

Estar atento a las necesidades de la gente con quien vaya a estar en contacto hoy.

Saber comprender, tener consideración, comunicación, compasión, dialogo, comunión con los demás hombres, comunión con Cristo, no es casualidad que todos empiecen con el profijo “com”

Quiero dar limosna hasta el punto de tener alguna privación.

Como empresarios: sembrar esperanza. Ver la realidad. Renunciar al beneficio aparente del momento. Ser un puente entre quienes conocen el problema y el “sumergido” que piensa en su problema de inmediato.

FLAGELO DE LA DESOCUPACIÓN

Algunos miembros del directorio daban prioridad a la rentabilidad de la empresa como valor supremo, Enrique pensaba que la empresa era una comunidad de vida y que lo económico no era el único factor a considerar en el momento de tomar decisiones.

A finales de 1961 llegó la orden de Corning Glass Work de despedir 1200 obreros de Rigolleau, Enrique se opuso, dijo que si se despedía uno solo el renunciaba. Estaba ya gravemente enfermo con 9 hijos y una mujer de poco carácter. Estaba totalmente entregado a las manos de Dios.

A principios de ese año los americanos habían hecho el take over de la mayoría del capital de la empresa, aprovechando primero la muerte del presidente Leon Fourvel Rigolleau el 18 de mayo y luego la de Jorge Bunge , el 13 de octubre.

Si bien Enrique era Administrador Delegado, como el Gerente General, no tenía el apoyo  de los accionistas, que ya no eran de su familia y el poder estaba repartido. Enrique viajó a los Estados Unidos para convencer a los accionistas de no proceder de esa forma, los obreros se quedarían sin medios de subsistencia habiendo realizado bien sus tareas.

Con argumentos humanos y profesionales logró evitar los despidos. Convirtió el despido en un proyecto de inversión en tareas de mantenimiento, modernización de las instalaciones para provisión de energía e insumos, mejoramiento y protección del activo físico de la planta. Todo una serie de gastos a capitalizar en el Balance.

Escribió en ese momento una memorable CIRCULAR al PERSONAL explicando que la desocupación antes que nada constituye un mal moral u no un simple hecho económico, que afecta con el conjunto de sufrimientos a seres humanos en su carne y su corazón. Se deben hacer todos los esfuerzos para evitarlo a todos aquellos que de verdad quieren trabajar.

Había una sección artística en Rigolleau, que obtuvo éxitos nacionales e internacionales con el trabajo en vidrio de artesanos y sopladores. Algunas piezas se encuentran en el Museo de Arte Decorativo y en el Corning Glass Museum de Nueva York. Esta sección no ganaba mucho dinero pero no perdía y le daba a la empresa gran prestigio y publicidad. En 1951 envió una gran cantidad de material a una exposición en Paris. Esta sección fue cerrada a la muerte de Enrique.

Enrique participó en otros directorios de importantes empresas, Ernesto Tornquist y Cia Ltda, Shaw y Cia, Sociedad Financiera, Pinamar SA, Ulvi Bianchi y Cia SA de productos químicos, Interamerica SA.

Enrique siempre privilegio su familia, esposa e hijos, pero también compartía ese tesoro con otro que había encontrado, los Evangelios y la Doctrina Social de la Iglesia, y por ello colaboró en muchas iniciativas apostólicas, sin descuidar la familia y el trabajo.

Escribió:

Hacer apostolado significa trabajar con la mente y todas nuestras fuerzas por el prójimo; sacrificarse renunciando a todo, humillarse, en fin rezar, romperse, afligirse, llorar por las almas para llevarlas a Cristo. Hacer apostolado quiere decir sobre todo vivir con Cristo, padecer, agonizar y morir en el mundo con El y por El.

Era el socio honorario n*1 de la JOC, Juventud Obrera Católica, cuya misión era hacer apostolado dentro del mundo de los trabajadores.

Fue miembro de la Junta de la Acción Católica desde 1955 y llegó a ser su presidente en 1961.

Fue miembro del Movimiento Familiar Cristiano, grupo de matrimonios donde el Padre Manuel Moledo era el Director Espiritual.

Tuvo una librería de venta de libros católicos, La Casa del Libro, que compró a los maronitas pegado a la Iglesia de San Maron, en Paraguay 844 y luego se mudó a Esmeralda 911.

Ayudó a los Trapenses a instalarse en Azul en una campo regalado por la familia Acosta.

Diario El Pueblo, para desarrollar la prensa católica, tuvieron mucha oposición política y fueron obligados a cerrar perdiendo mucho dinero.

Editorial Haynes, otro diario católico que pertenecía a Radio El Mundo y  que tampoco pudieron sostener por motivos políticos.

Universidad Católica Argentina, Enrique le brindó ayuda espiritual y material y fue designado Tesorero del Consejo de Administración el 27 de junio de 1958, estuvo en su Consejo –directivo desde su fundación hasta su muerte.

En 1957 hizo un curso en Harvard de Advance Management Program con la idea que lo ayudara en su tarea en la futura Universidad.

A su regreso de USA, cuando recién se incorporaba a Rigolleau, lo llamaron del Episcopado Argentino para crear a instancias de SS Pio XII una comisión de ayuda a Europa, desbastada por la guerra, Enrique tenía 25 años.

Se creó una comisión de empresarios dentro de la Acción Católica, la Subcomisión de Industriales y Comerciantes.

Cuando se dejó de enviar ayuda a Europa, de ese grupo de empresarios surgió a instancias de Enrique Shaw  ACDE, Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa, sus fines primarios el conocimiento de la Doctrina Social de la Iglesia y su aplicación para ayudar a cumplir mejor los deberes de justicia y caridad.

En los fines secundarios está el conocimiento reciproco de patrones católicos que puedan intercambiar sus experiencias.

No era una organización para defender los intereses particulares de empresarios y profesionales. Fue constituida el 3-12-1952 y su primer Consejo Directivo estuvieron Hernando Campos Menéndez, Carlos Llorente, Francisco Muro de Nadal, Miguel Alfredo Nougues, Jorge Pérez Companc, Basilio Serrano, Enrique Shaw, Julio Steverlynk y Fernando Tornquist. Su director espiritual fue el Padre Manuel Moledo.

En los primeros tiempos existieron muchos problemas, ya que además de los propios la situación política profundizó las diferencias en los distintos enfoques. El gobierno clausuró el local de ACDE.

Escribió: Debemos multiplicar los bienes, somos agentes multiplicadores de bienes, agentes superadores de diferencias sociales. Hay un error en la frase “se fundió porque era bueno”, se fundió por que le fue mal por ineficiencia. Mas que acortar las horas de trabajo conviene elevar la edad de instrucción. Preocuparnos por el bien común. Hemos hecho todo lo que deberíamos? ; La empresa es una comunidad de vida!!

La sociedad llama prostituta a la mujer que usa como fin lo que Dios le dio como medio.

Una sociedad , un país , una empresa cuyo objetivo es la utilidad, es una sociedad o una empresa prostituida.

Enrique fue preso por motivos religiosos, en 1955 el enfrentamiento entre el gobierno de Perón y la Iglesia Católica, llegó a su punto más alto. Es detenido incomunicado por 11 días el 7 de mayo de ese año,  junto con otros dirigentes laicos de la Acción Católica, acusado de perturbación del orden público.

En 1959 Enrique, en una verdadera meditación invita a los Dirigentes de Empresa a vivir el sermón de la Montaña, esa carta magna del cristianismo en el espíritu de pobreza, mansedumbre y concordia, a darse y comprender a los otros, a respetar la justicia que asiste a los subordinados, a proceder con limpieza de corazón, irradiar la paz en el ambiente.

Fue en una exposición en el Congreso Eucarístico de Córdoba. Es una invitación.

Enrique trabajó intensamente en el mejoramiento de las condiciones laborales y mayormente por su gran consideración a la familia, junto con sus colegas de ACDE contribuyó a desarrollar La Ley Nacional de Asignaciones Familiares, decreto que se publicó el 23-7-57 y que propuso un aporte especial del 5% de los salarios a la Caja de Jubilaciones para una aporte de $150 para cada hijo menor de 15 años.

Ya postrado en cama y pocos meses antes de su muerte acaecida el 27 de agosto de 1962, asiste acompañado por su hijo Jorge Enrique a una reunión de la Organización Internacional Católica en el Consejo Deliberante de la ciudad de Buenos Aires.

Allí se expresaba con pesimismo la situación social. Pide la palabra y expresa:

Bienaventurada es nuestra Patria porque en ella un cristiano puede llegar a ser Santo, Bienaventuranza quiere decir “felicidad” y con ese significado la expresó Nuestro señor Jesucristo en el Sermón de la Montaña.

Felices somos pues nosotros los Argentinos que podemos cumplir todas y cada una de las bienaventuranzas. Hay mucho de bueno que hacer en nuestro país aunque a veces no lo parezca.

Está a nuestro alcance y posibilidades hacer triunfar al cristianismo y por lo tanto tenemos que hacer lo que de un modo u otro contribuya.

Si empleamos bien todos los medios existentes a nuestra disposición, somos más fuertes. ACTUEMOS!! La Sagradas Escrituras dicen que los santos juzgaran la Tierra, juzgar en hebreo significa autoridad, vale decir tener dominio.

Se incorporó a la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, junto con sus grande amigos Praxiteles Brousalis y Hernando Campos Menéndez con quienes habían fundado ACDE, la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa en 1952.

Ambrosio Romero Carranza, el padre de Fernando,  Caballero de la Orden, quien fue el primero en recopilar sus escritos.

Enrique se esforzaba en hacer todo bien, creía en la perfección del trabajo de los hombres cualquiera sea su campo de acción.

Siguió la misión de ser Santo, que Dios le encomendó e inspiró. Quiso ser coherente con esa misión hasta sus últimas consecuencias.

Aceptó con serenidad cristiana su enfermedad y su conformidad con la voluntad de Dios, nunca se le escuchó una queja.

En octubre de 1961  le escribe a Cecilia su mujer desde Nueva York, Voy curiosamente tranquilo y descansado, posiblemente una gracia de dios por el fiat (mandato). Me siento más seguro, más maduro.

Pienso mucho en la vuelta, en la presidencia de la AHAC (Acción Católica). Más que en el sacrificio, en la responsabilidad. Debería ser un hombre modelo.

Tú y yo, pues sin ti no podría realizar mi cometido, mi función. Tendríamos que ser Santos con mayúscula.

A su regreso, Se había necesitado sangre y hubo 250 donantes de los operarios de la empresa inclusive el sindicato, en aquel entonces comunista.

En el comedor de la empresa y ante 120 supervisores y ante la sangre que recibió donada de sus obreros dijo: Cuando uno para Navidad o su cumpleaños recibe de regalo una lapicera, lo natural es que tome una tarjeta y escriba el agradecimiento a quien la obsequió.

Yo he recibido sangre de uds, algo que no solo tiene un valor físico, químico, biológico, sino algo tan vital que constituye ella misma un símbolo de vida. Pues bien yo la he recibido y como puedo yo agradecerla?

Escribió:

Que debo sacrificar? Jesús no quiere comerciantes, puede ser que me pida todo, puede ser que no me pida nada, lo que si me pide es que esté dispuesto a todo.

Hay que morir con Cristo para vivir con Cristo

Viajo antes de morir a Lourdes para pedir un milagro, a su regreso escribió el milagro se ha producido y éste era que su padre que se declaraba agnóstico se había convertido y había comulgado, no había pedido un milagro por su enfermedad!!

En su lecho de muerte y antes de morir y mientras tenía fuertísimos dolores dijo:

Ahora comprendo aquello de la escritura respecto de Cristo, gusano y no hombre porque yo soy un gusano en éste momento.

Al Padre Moledo le dijo, sin embargo mi situación no es la de Cristo, ya que si bien yo no sabía que podía haber dolores así, sin embargo a mí me rodean los amigos y a Él lo abandonaron. Yo tengo esto a mi favor.

A su mujer le dijo, no puedo más, no doy más , háganme dormir, este es un cansancio, todos los cansancios juntos…. Luego se dirigió al Padre Moledo y le dijo una buena idea Padre , ofrecer este cansancio por todos aquellos que no se cansan de pecar.

Luego despertando en un delirio previo a la muerte dijo, Señores: disculpen que hable tan imperfectamente porque la enfermedad me ha paralizado la lengua pero debo decirles a uds, los obreros de Rigolleau no son simples ejecutantes , sino ejecutivos y las grande dificultades no la producen las cosas sino la producen los hombres.

Por consiguiente la buena inteligencia entre los hombres, la buena fe, la comprensión la rectitud de intención pueden resolver todos los problemas.

La fábrica acaba de salir a gatas del problema eléctrico. Si nosotros todos nos unimos podemos trabajar para que seamos todos felices.

Tengan confianza, todos los problemas que uds tengan vayan a verlo al Sr Mito Van Peborgh, hombre de bien y recto. Lamento la enfermera me está pidiendo no hable más. Me despido agradeciéndoles su atención.

Todo esto refleja con la elocuencia de los hechos, las palabras a la muerte la profunda, auténtica y real personalidad de un hombre que sin duda no fue un hombre común que tuvo todas las características de un hombre predestinado, del hombre elegido, del santo palabra usada  en el sentido de señalar la presencia de un ser excepcionalmente dotado por la gracia sobrenatural.

Hablaron en su entierro, Monseñor Derisi Rector de la  UCA, Carlos Perez Companc por el Consejo de Administración de la UCA, Gaston Texier por Cristalerías Rigolleau, hablaron representantes del Banco Shaw, de Pinamar SA y por La Acción Católica Carlos García Díaz. Al cumplirse un mes el RP Manuel Moledo hablo en ACDE.