La Bienaventura Virgen María, Reina de Palestina

La Bienaventurada Virgen María, Reina, que engendró al Hijo de Dios, Príncipe de la paz, cuyo reino no tendrá fin, y que es saludada por el pueblo cristiano como Reina del cielo y Madre de misericordia.

Se venera a María como Reina igual que se hace con su Hijo, Cristo Rey, al final del año litúrgico. A Ella le corresponde no sólo por naturaleza sino por mérito el título de Reina Madre.

María ha sido elevada sobre la gloria de todos los santos y coronada de estrellas por su divino Hijo. Está sentada junto a Él y es Reina y Señora del universo.

María fue elegida para ser Madre de Dios y ella, sin dudar un momento, aceptó con alegría. Por esta razón, alcanza tales alturas de gloria. Nadie se le puede comparar ni en virtud ni en méritos. A Ella le pertenece la corona del Cielo y de la Tierra.

María está sentada en el Cielo, coronada por toda la eternidad, en un trono junto a su Hijo. Tiene, entre todos los santos, el mayor poder de intercesión ante su Hijo por ser la que más cerca está de Él.

La Iglesia la proclama Señora y Reina de los ángeles y de los santos, de los patriarcas y de los profetas, de los apóstoles y de los mártires, de los confesores y de las vírgenes. Es Reina del Cielo y de la Tierra, gloriosa y digna Reina del Universo, a quien podemos invocar día y noche, no sólo con el dulce nombre de Madre, sino también con el de Reina, como la saludan en el cielo con alegría y amor los ángeles y todos los santos.

La realeza de María no es un dogma de fe, pero es una verdad del cristianismo. Esta fiesta se celebra, no para introducir novedad alguna, sino para que brille a los ojos del mundo una verdad capaz de traer remedio a sus males.

Fue el Patriarca Luigi Barlassina (1920-1947), con motivo de su entrada solemne en la Basílica Catedral del Santo Sepulcro, el 15 de julio de 1920, y de la consagración de la Diócesis a María, cuando la invocó por primera vez con el título de “Reina de Palestina”.

El vínculo particular de Nuestra Señora, Reina de Palestina, con la Orden de Caballería del Santo Sepulcro remonta al pontificado de san Juan Pablo II. En 1983, 50 años después de la institución de la fiesta, san Juan Pablo II – dirigiéndose a los Caballeros y Damas de las Lugartenencias de Italia septentrional y central – les exhorta a ser testigos de Cristo en la vida diaria y continuar la obra de la Orden en Tierra Santa bajo la protección de Nuestra Señora.

Diez años después, en 1993, el Gran Maestre de la Orden, el cardenal Giuseppe Caprio, pidió a san Juan Pablo II la elección de Nuestra Señora, Reina de Palestina, como patrona de la Orden. El Santo Padre respondió el 21 de enero de 1994 con un decreto que acordaba lo que había sido pedido.

Difuntos

“En Él brilla la esperanza de nuestra feliz resurrección; y así, aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad. Porque la vida de los que en Ti creemos, Señor, no termina, se transforma; y, al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo” (Prefacio I de difuntos, Misal Romano).

La muerte es una de las consecuencias del pecado original. Sin embargo, Dios no abandonó al hombre (Catecismo nº 410) sino que le anunció la victoria sobre el mal en el así llamado Protoevangelio (Gen 3,15). Nuestro Señor con su Gloriosa Resurrección ha vencido a la muerte y por eso bien podemos decir con san Pablo: muerte ¿dónde está tu vicoria? (1 Cor 15, 55-57). Los católicos no disociamos los conceptos muerte-resurrección porque son dos realidades intrínsecamente unidas por voluntad de Dios.

Precisamente el texto transcripto del prefacio de difuntos dice: “…vita mutatur, non tollitur…” porque si morimos con Crsito, con Él resucitaremos (Rom 6, 8-10). Somos viatores, peregrinos en este tierra pero con el cielo como claro objetivo, nuestra “mansión eterna”.

El Catecismo expresa en que “Los cuerpos de los difuntos deben ser tratados con respeto y caridad en la fe y la esperanza de la resurrección. Enterrar a los muertos es una obra de misericordia corporal que honra a los hijos de Dios, templos del Espíritu Santo” (nº 2300). Recordamos la costumbre de visitar en el cementerio a nuestros difuntos, de mandar a hacer las misas a perpetuidad a través de la Comisaría de Tierra Santa y de rezar por todos ellos: parientes, amigos y conocidos. El cariño y el respeto que les tenemos se manifiesta mediante nuestras oraciones y mortificaciones por ellos. Esto no es otra cosa que la Iglesia peregrinante que intercede por la Iglesia Purgante.

La Santa Iglesia, con sabiduría materna, nos enseña además, que bien podemos lucrar indulgencias y aplicarlas a los difuntos (Catecismo de la Iglesia nº 1479).

Es por ello, que la Santa Misa que nuestra Lugartenencia celebra todos los años resulta de importancia y tiene particular relevancia de todos los Caballeros y las Damas, fraternalmente unidos rezando unos por otros.

Exaltación de la Santa Cruz

La Exaltación de la Santa Cruz (en griego: Ὕψωσις τοῦ Τιμίου Σταυροῦ; en latín: Exaltatio Sanctæ Crucis). En ella se rememora y se honra la Cruz en la que fue crucificado Jesús de Nazaret. La fecha de esta celebración es el 14 de septiembre ya que ese día es el aniversario de la consagración de la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén en el año 335 de la era actual, tras haber sido descubierta la cruz por Santa Elena.

Años después, el rey Cosroes II de Persia, en el 614 invadió y conquistó Jerusalén y se llevó la Cruz poniéndola bajo los pies de su trono como signo de su desprecio por el cristianismo; hasta que fue recuerada por el emperador Heráclito. Según manifiesta la historia, al recuperar el precioso madero, el emperador quiso cargar una cruz, como había hecho Cristo a través de la ciudad, pero tan pronto puso el madero al hombro e intentó entrar a un recinto sagrado, no pudo hacerlo y quedó paralizado.

El patriarca Zacarías que iba a su lado le indicó que todo aquel esplendor imperial iba en desacuerdo con el aspecto humilde y doloroso de Cristo cuando iba cargando la cruz por las calles de Jerusalén. Entonces el emperador se despojó de su atuendo imperial, y con simples vestiduras, avanzó sin dificultad seguido por todo el pueblo hasta dejar la cruz en el sitio donde antes era venerada. Los fragmentos de la santa Cruz se encontraban en el cofre de plata dentro del cual se los habían llevado los persas, y cuando el patriarca y los clérigos abrieron el cofre, todos los fieles veneraron las reliquias con mucho fervor, incluso, su produjeron muchos milagros.

En la liturgia se tiene constancia de esta celebración desde el siglo IV. El color litúrgico del día es el rojo. Tradicionalmente, en esta fiesta se exponen las reliquias de la Santa Cruz, si existen en el templo.

Hasta 1970, se celebraba otra fiesta litúrgica relacionada con el tema de la Cruz de Gólgota: la invención de la Santa Cruz, que se celebraba el 3 de mayo. En esta festividad el cristiano recordaba el papel central que juega la Cruz en su vida, respondiendo al llamado de Jesucristo: «Si alguno quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga». (Mateo, 8, 24).

Himno (vísperas)

Las banderas reales se adelantan
Y las cruz misteriosa en ellas brilla:
La cruz en que la vida sufrió muerte
Y en que, sufriendo muerte, nos dio vida

Ella sostuvo el sacrosanto cuerpo
Que, al ser herido por la lanza dura,
Derramó sangre y agua en abundancia
Para lavar con ellas nuestras culpas.

En ella se cumplió perfectamente
Lo que David profetizó en su verso,
Cuándo dijo a los pueblos de la tierra:
“ Nuestro Dios reinará desde un madero”.

¡Árbol lleno de luz, árbol hermoso,
árbol hornado con la regia púrpura
y destinado a que su tronco digno
sintiera el roce de la carne pura!

¡Dichosa cruz que con tus brazos firmes,
en que estuvo colgado nuestro precio,
fuiste balanza para el cuerpo santo
que arrebató su presa a los infiernos!

A ti, que eres la única esperanza,
Te ensalzamos, oh cruz, y te rogamos
Que acrecientes la gracia de los justos
Y borres los delitos de los malos.

Recibe, oh Trinidad, fuente salubre
La alabanza de todos los espíritus,
Y tú que con tu cruz nos das el triunfo,
Añádenos el premio, oh Jesucristo. Amén

Fiestas de la orden

El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) enseña que “la Liturgia es «acción» del «Cristo total» (Christus totus). Los que desde ahora la celebran participan ya, más allá de los signos, de la liturgia del cielo, donde la celebración es enteramente comunión y fiesta” (CIC nº 1136).

Es un deber de la Iglesia «celebrar la obra de salvación de su divino Esposo con un sagrado recuerdo, en días determinados a través del año. Cada semana, en el día que llamó «del Señor», conmemora su resurrección, que una vez al año celebra también, junto con su santa pasión, en la máxima solemnidad de la Pascua.

Además, en el ciclo del año desarrolla todo el Misterio de Cristo. […] Al conmemorar así los misterios de la redención, abre la riqueza de las virtudes y de los méritos de su Señor, de modo que se los hace presentes en cierto modo, durante todo tiempo, a los fieles para que los alcancen y se llenen de la gracia de la salvación» (SC 102). (CIC nº 1163)

“El pueblo de Dios, desde la ley mosaica, tuvo fiestas fijas a partir de la Pascua, para conmemorar las acciones maravillosas del Dios Salvador, para darle gracias por ellas, perpetuar su recuerdo y enseñar a las nuevas generaciones a conformar con ellas su conducta. En el tiempo de la Iglesia, situado entre la Pascua de Cristo, ya realizada una vez por todas, y su consumación en el Reino de Dios, la liturgia celebrada en días fijos está toda ella impregnada por la novedad del Misterio de Cristo”. (CIC nº 1164)

“El año litúrgico es el desarrollo de los diversos aspectos del único misterio pascual. Esto vale muy particularmente para el ciclo de las fiestas en torno al misterio de la Encarnación (Anunciación, Navidad, Epifanía) que conmemoran el comienzo de nuestra salvación y nos comunican las primicias del misterio de Pascua”. (CIC nº 1171)

«En la celebración de este círculo anual de los misterios de Cristo, la santa Iglesia venera con especial amor a la bienaventurada Madre de Dios, la Virgen María (CIC nº 1172) (…), y hace memoria de los mártires y los demás santos «proclama el misterio pascual cumplido en ellos, que padecieron con Cristo y han sido glorificados con Él; propone a los fieles sus ejemplos, que atraen a todos por medio de Cristo al Padre, y por sus méritos implora los beneficios divinos» (SC 104; cf SC 108 y 111). (CIC nº 1173)

El calendario de la Iglesia, el calendario del propio país, y el de la propia comunidad, establece las categorías de celebración litúrgica: Solemnidad, Fiesta, Memoria, Conmemoración y Feria.

Solemnidad:

Es la celebración de mayor rango; se caracteriza porque su «día litúrgico» dura más de 24 horas: comienza al atardecer del día calendario anterior, y termina al terminar el día calendario, por lo tanto tiene dos misas (la de la tarde anterior y la del día). En la misa de las solemnidades hay dos lecturas, salmo y Evangelio.

No todas las solemnidades son iguales entre sí, también hay una jerarquía entre ellas; la mayor de todas es la Pascua (madre de todas las solemnidades), luego otras mayores, como el Nacimiento de Jesús y otras dedicadas a la vida de Jesucristo, los domingos, las de la Virgen María y los santos, e incluso celebraciones que a lo mejor son de menor rango para la Iglesia universal, pero que en una determinada comunidad puede ser exigible que se celebren como solemnidad, como la celebración del santo patrono.

Si una solemnidad cae, por ejemplo, en domingo, y ese domingo es de mayor rango, la celebración de la solemnidad se mueve a otro día, pero no se quita.

Los domingos son siempre solemnidad (se recomienda la lectura de la Encíclica Dies Domini de San Juan Pablo II).

Fiesta:

Dura como un día calendario. Muchos textos aluden al tema de la fiesta, pero no todos. En la misa hay una sola lectura, salmo y Evangelio, como en los días de semana. Tienen esta jerarquía, por ejemplo,  las celebraciones de los Apóstoles, las distintas advocaciones de la Santísima Virgen, los evangelistas, etc.

Memoria:

Son las celebraciones de los santos o acontecimientos de la vida de Jesucristo o de la Virgen María de menor rango. Muy pocos textos de la liturgia hacen relación al tema de la celebración, no interrumpen el curso de la lectura bíblica que se venga haciendo.

La memoria puede ser «libre» u «obligatoria», enel primer caso, puede omitirse, mientras que en el segundo debe celebrarse cuando el calendario litúrgico así lo indica; no hay ninguna diferencia en el modo de celebrarlas.

Conmemoración:

Durante los días del 17 al 24 de diciembre, en la Octava de Navidad y en toda la Cuaresma, no se puede celebrar ninguna memoria, ni siquiera las memorias de las comunidades particulares, por ese motivo, si una memoria cae en esos tiempos, se convierte en «Conmemoración», y es de celebración libre.

Esto es especialmente importante en la Cuaresma, porque como sus fechas son variables, -y además es un tiempo relativamente largo de cinco semanas-, siempre ocurre que hay memorias que coinciden con las ferias de cuaresma, que son de mayor rango; esas memorias se vuelve «conmemoración».

Feria:

Son los días litúrgicos que no tienen ninguna de las calificaciones anteriores. De todos modos, como se puede deducir, también están organizados jerárquicamente: las ferias del tiempo ordinario son las celebraciones de menor categoría litúrgica, pero las de Cuaresma son más importantes que las memorias.

Las ferias tienen secuencias de lecturas que las ligan unas con otras, de manera que a cada tiempo, en sus ferias se va desarrollando -a través de las lecturas y los textos en general– el tema que le corresponde (penitencia, espera de la segunda venida, espera de la primera venida, celebración de la resurrección, espera del Espíritu Santo, etc.).

«Los Caballeros y las Damas de la Orden del Santo Sepulcro, pueden lucrar indulgencia plenaria cristiana en cada una de estas fiestas, cumpliendo, además, con los requisitos establecidos por la Penitenciaría Apostólica»


Santa Elena

18 de agosto


San Pío X

21 de agosto


La Exaltación de la Santa Cruz

14 de septiembre


La bienaventurada Virgen María, Reina de Palestina

25 de octubre


Difuntos

2 de Noviembre

Santa Elena

Esta gran santa se ha hecho famosa por haber sido la madre del emperador que les concedió la libertad a los cristianos después de tres siglos de persecución, y por haber logrado encontrar la Santa Cruz de Cristo en Jerusalén.

Los historiadores discuten el origen exacto de Flavia Julia Helena, también conocida como Santa Elena de la Cruz o Elena de Constantinopla. Algunos afirman que probablemente haya nacido en el año 250 en Drépano, Bitinia (antiguo reino localizado al noroeste de Asia Menor y al suroeste del mar Negro) y murió en Roma hacia el año 330. Era hija de un posadero, y especialmente bella. Elena significa: «antorcha resplandeciente».

Llegó por esas tierras un general muy famoso del ejército romano, llamado Flavio Valerio Constancio (en latín: Flavius Valerius Constantius; Dardania, Serbia, 31 de marzo de c. 250-Eboracum, Britania, 25 de julio de 306), conocido comúnmente como Constancio I o como Constancio Cloro,​ fue emperador del Imperio romano desde 293 hasta 305 como César y desde 305 hasta 306 como Augusto. Los historiadores bizantinos le añadieron el epíteto Cloro, con el que se le conoce comúnmente.

Constancio se enamoró de Elena y se casó con ella en el año 272. De su matrimonio nació un niño llamado Constantino que se iba a hacer célebre en la historia por ser el que concedió la libertad a los cristianos.

Cuando ya llevaban un buen tiempo de matrimonio, el emperador de Roma, Maximiliano, ofreció a Constancio Cloro nombrarlo su más cercano colaborador, pero con la condición de que repudiara a su esposa Elena y se casara con su hijastra. Constancio, con tal de obtener tan alto puesto repudió a Elena y en el año 292 se casó con Flavia Maximiana Teodora. Y así, ella tuvo que estar varios años abandonada. Pero esto mismo la llevó a practicar una vida de santidad.

Al morir Constancio Cloro (año 306), su hijo Constantino fue proclamado emperador por el ejército. Si bien era pagano, respetaba a los cristianos.

Cuenta el historiador Eusebio de Cesarea que Constantino, en el año 311 tuvo que presentar una terrible batalla contra Majencio, jefe de Roma. La noche anterior a esa batalla, Constantino tuvo un sueño en el cual vio una cruz luminosa en los aires y oyó una voz que le decía: “In hoc signo, vinces” (“Con este signo vencerás”); y que al empezar la batalla mandó colocar la cruz en varias banderas de los batallones y que exclamó:

“Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena”. La victoria fue total, y Constantino llegó a ser Emperador y decretó la libertad para los cristianos, que por tres siglos venían siendo muy perseguidos por los gobernantes paganos.

A partir de la victoria obtenida en el puente Milvio en Roma, el nuevo emperador decretó que la religión católica tendría en adelante plena libertad (año 313) y con este decreto terminaron tres siglos de crueles y sangrientas persecuciones que los emperadores romanos habían hecho contra la Iglesia de Cristo.

Constantino amaba inmensamente a su madre Elena –convertida al cristianismo- y la nombró emperatriz, y mandó hacer monedas con la figura de ella, y le dio plenos poderes para que empleara el dinero del gobierno en las obras buenas que ella quisiera.

Escritores sumamente antiguos como Rufino, Zozemeno, San Juan Crisóstomo y San Ambrosio, cuentan que Santa Elena, pidió permiso a su hijo Constantino para ir a buscar en Jerusalén la cruz en la cual murió Jesús. En su búsqueda, demolió el templo erigido a Venus en el monte Calvario e hizo cavar hasta que le dieron noticias, en los primeros días de mayo, de haber encontrado tres cruces. Como no se podía distinguir cuál era la cruz de Jesús, llevaron a una mujer agonizante. Al tocarla con la primera cruz, la enferma se agravó, al tocarla con la segunda, quedó igual de enferma de lo que estaba antes, pero al tocarla con la tercera cruz, la enferma recuperó instantáneamente la salud.

Fue así como Santa Elena, y el obispo de Jerusalén, Macario I, y miles de devotos llevaron la cruz en piadosa procesión por las calles de Jerusalén. Y que por el camino se encontraron con una mujer viuda que llevaba a su hijo muerto a enterrar y que acercaron la Santa Cruz al muerto y éste resucitó. Por este motivo, se suele representar a Santa Elena con una cruz en la mano.

Elena mandó construir un templo en el monte de los Olivos, un templo en Belén y un tercer templo, la iglesia del Santo Sepulcro (en latín, Ecclesia Sancti Sepulchri), también conocida como basílica del Santo Sepulcro, Iglesia de la Resurrección o Iglesia de la Anástasis, que contiene el Calvario y el Santo Sepulcro.

La iglesia del Santo Sepulcro fue construida como estructuras diferenciadas entre dos lugares sagrados: la gran basílica (el Martyrium visitado por Egeria en torno a 380), un atrio cerrado y columnado (el Triportico) con el lugar asociado tradicionalmente al Calvario en una esquina, y a través de un patio,​ la rotonda denominada Anástasis (“Resurrección”), donde Santa Elena y el Obispo Macario creyeron que Jesucristo fue enterrado. El templo cristiano se consagró el 13 de septiembre de 335.

También cuenta San Ambrosio que Santa Elena, aunque era la madre del emperador, vestía siempre con mucha sencillez y se mezclaba con la gente pobre y aprovechaba de todo el dinero que su hijo le daba para hacer limosnas entre los necesitados. Que era muy piadosa y pasaba muchas horas en el templo rezando.

También es tradicionalmente conocida por buscar los restos de los Reyes Magos que actualmente se conservan en la Catedral de Colonia así como los del Apóstol Matías, depositados en la abadía de San Matías de Tréveris.

Por muchos siglos se ha celebrado en Jerusalén y en muchísimos sitios del mundo entero, la fiesta del hallazgo  (o Invención) de la Santa Cruz, el día 3 de Mayo mientras que la Exaltación de la Santa Cruz se festeja el 14 de septiembre.

San Pio X

Nació el 2 de junio de 1835 en la ciudad de Riese, provincia de Treviso, Reino de Lombardía-Venecia y fue bautizado con los nombres de Giuseppe Melchiorre Sarto. Fue elegido papa el día 4 de agosto de 1903. Su lema fue “instaurare omnia in Christo” (Ef 1,10). En consecuencia, su mayor atención giró siempre sobre la defensa de los intereses de la Iglesia.

Es recordado por haber reinado con fortaleza y con objetivos muy claros, como la formación de los sacerdotes, la promoción del Catecismo, la Comunión frecuente y, quizás el más importante, su lucha contra el modernismo; coherente con su programa de gobierno, confeccionó la primera codificación de la Ley canónica y publicó el Decreto “Lamentabili” (llamado también el Syllabus de Pío X), en el que sesenta y cinco proposiciones modernistas fueron condenadas. La mayor parte de estas se referían a las Sagradas Escrituras, su inspiración y la doctrina de Jesús y los Apóstoles, mientras otras se relacionaban con el dogma, los sacramentos y la primacía del Obispo de Roma.

Inmediatamente después de eso, el 8 de Septiembre de 1907, apareció la famosa Encíclica “Pascendi”, que exponía y condenaba el sistema del Modernismo. Este documento hace énfasis sobre el peligro del Modernismo en relación con la filosofía, apologética, exégesis, historia, liturgia y disciplina, y muestra la contradicción entre esa innovación y la fe tradicional; y, finalmente, establece reglas por las cuales combatir eficazmente las perniciosas doctrinas en cuestión y el conocido Motu proprio “Sacrorum antistitum” (1910) que contiene el juramento anti modernista.

Fue siempre un promotor de la música sacra; como Papa publicó en1903, un Motu Proprio sobre música sacra en las iglesias, y, al mismo tiempo, ordenó que el auténtico Canto Gregoriano se utilizara en todas partes.

Murió el 20 de agosto de 1914 en Roma, Reino de Italia. En 1951 sus restos fueron trasladados a la Basílica de San Pedro. En su epitafio se lee: “Su tiara estaba formada por tres coronas: pobreza, humildad y bondad”.

Fue declarado beato el 3 de junio de 1951​ y canonizado el 3 de septiembre de 1954, por Pío XII en ambas ocasiones.

Su fiesta se celebra el 21 de agosto.

ORACIÓN

Glorioso Papa de la Eucaristía, San Pío X, que te has empeñado en “restaurar todas las cosas en Cristo”. Obténme un verdadero amor a Jesucristo, de tal manera que sólo pueda vivir por y para Él. Ayúdame a alcanzar un ardiente fervor y un sincero deseo de luchar por la santidad, y a poder aprovechar todas las riquezas que brinda la Sagrada Eucaristía. Por tu gran amor a María, madre y reina de todo lo creado, inflama mi corazón con una tierna y gran devoción a ella.

Bienaventurado modelo del sacerdocio, intercede para que cada vez hayan más santos y dedicados sacerdotes, y se acrecienten las vocaciones religiosas. Disipa la confusión, el odio y la ansiedad, e inclina nuestros corazones a la paz y la concordia, a fin de que todas las naciones se coloquen bajo el dulce reinado de Jesucristo.

Amén.

Retiro Espiritual

El 29 de marzo, un nutrido grupo de Caballeros y Damas participaron de un retiro espiritual en preparación para la Pascua, predicado por Monseñor Fernando María Cavaller CSS, en la quinta de uno de los Caballeros.

Las actividades consistieron en la celebración de la Santa Misa, la cual fue precedida de dos reflexiones sobre “la Providencia” y sus respectivos tiempos en silencio de meditación personal y el rezo del Santo Rosario, como actividad final. Nuestro Ceremoniero religioso, el Padre Alejandro Álvarez Campos estuvo disponible todo el tiempo para atender confesiones.

Los proyectos que aseguran un vínculo directo entre las Lugartenencias y Tierra Santa

Mantener un vínculo vivo con Tierra Santa es una experiencia que nuestros miembros viven de diferentes maneras, pero siempre de forma muy intensa.

Además del apoyo financiero que se envía cada mes al Patriarcado latino para los gastos institucionales, las escuelas y el seminario, y que asegura de muchas maneras la continuidad de las actividades centrales de la vida de la diócesis, la posibilidad de tener un vínculo directo y privilegiado con una pequeña entidad permite a las Lugartenencias y a sus miembros conocer la vida local, establecer relaciones amistosas y crear vínculos profundos.

En este sentido, las Lugartenencias suelen favorecer una relación de continuidad con determinadas realidades o ciertos tipos de proyectos. La Lugartenencia de Luxemburgo, que cuenta con una cuarentena de miembros, precisa que la elección del proyecto financiado durante el año 2021 de la lista de pequeños proyectos acordada entre el Gran Magisterio y el Patriarcado latino de Jerusalén «se inscribe en la línea del proyecto financiado por la Lugartenencia en 2020». En efecto, en los dos últimos años, los Caballeros y Damas de Luxemburgo han colaborado en la instalación o la mejora de los sistemas de información.

En 2021, en particular, el departamento de la capellanía del grupo de jóvenes cristianos de Jabal Amman (Jordania) se ha beneficiado de ello, con un proyecto de renovación de la sala principal de reuniones y de los equipos informáticos apropiados para celebrar conferencias, charlas y actividades a distancia en esta época de pandemia.

Los miembros de la Orden suelen visitar los proyectos que apoyan durante su peregrinación a Tierra Santa. Por ello, los Caballeros y Damas de Luxemburgo esperan con impaciencia su peregrinación en junio/julio de 2022 para poder ir a Jordania y ver cómo su ayuda ha hecho posible la realización de este proyecto y conocer a las personas que se benefician de él.

La Lugartenencia para Irlanda, que tiene el mismo vínculo de afecto hacia una pequeña realidad concreta, nos contó su experiencia con la comunidad cristiana de Bir Zeit, una ciudad situada a siete kilómetros al norte de Ramallah: la Lugartenencia contribuyó primero en la renovación del salón parroquial, que ahora es utilizado para diversas actividades por los feligreses y los alumnos de la escuela contigua, y luego decidió continuar esta relación ya establecida y comprometerse con la finalización de las obras de impermeabilización del suelo de la parroquia.

También para los Caballeros y Damas irlandeses, la peregrinación es una oportunidad para experimentar y reforzar los vínculos con una comunidad que tiene nombres y rostros: «Durante la peregrinación de 2019, cincuenta miembros irlandeses y sus amigos se reunieron con el párroco, visitaron el salón parroquial, conocieron a los estudiantes y rezaron en la iglesia.

Todos quedaron impresionados por el entusiasmo de la población local».

Entre las diversas Lugartenencias que disfrutan visitando no tanto los proyectos que apoyan como las personas que se benefician de ellos, la Lugartenencia occidental de Estados Unidos tuvo la suerte de poder viajar en agosto de 2021 a Jordania para asistir a la ordenación de los nuevos sacerdotes del Patriarcado.

Desde 2005 esta Lugartenencia estadounidense apoya el programa “Adopt a Seminarian” («Adopta un seminarista»), que apadrina cada año a los seminaristas del Seminario patriarcal de Beit Jala otorgando becas. «Qué alegría recibimos al ser adoptados como hijos de Dios por la gracia de su Hijo Jesucristo. Y qué gran bendición es que podamos adoptar y ocuparnos de los seminaristas en Tierra Santa», dicen los miembros de la Lugartenencia Occidental de EE.UU., que nos cuentan que siguen rezando por estos chicos y manteniendo una correspondencia con ellos.

En una carta dirigida a la lugarteniente Margaret Romano, el rector del seminario, el padre Bernard Poggi, escribe: «Quiero agradecerle su iniciativa… Su presencia y apoyo al seminario es una maravillosa expresión de su amor por Tierra Santa y sus futuros sacerdotes».

Gaza es otra realidad especialmente cercana a los corazones de nuestros miembros, y se están llevando a cabo varios proyectos que benefician a la población local, especialmente a la pequeñísima comunidad cristiana de unos mil creyentes de una población de dos millones.

Desde 2018, la Lugartenencia alemana de la Orden envía fondos para facilitar la entrada de jóvenes cristianos en el mundo laboral de Gaza, pagándoles un salario en colaboración con empresas locales.

Desde el inicio del “Job Creation Program” («Programa de creación de empleo»), más de 40 jóvenes han podido utilizar sus conocimientos y competencias para desarrollar actividades comerciales y empresariales sobre el terreno: jóvenes farmacéuticos, informáticos o auxiliares sanitarios han trabajado y obtenido un salario digno. «Gracias a este programa de formación -explica el padre Gabriel Romanelli, párroco de Gaza- las posibilidades de encontrar un empleo fijo en el mercado laboral son mucho mayores.

Varios participantes en el programa han encontrado un puesto de trabajo en una empresa, aunque la tasa de desempleo es extremadamente alta, especialmente para los jóvenes.

Algunos de nuestros jóvenes han podido alquilar o comprar un piso e incluso dar el paso de casarse ahora que tienen un sueldo».

La Lugartenencia USA North Central también decidió invertir en un proyecto en Gaza relacionado con la escuela y la parroquia de la Sagrada Familia, sobre todo financiando el campamento de verano de un mes de duración para unos 200 niños. «El campamento de verano ofrece un entorno positivo para los niños cristianos y musulmanes que participan en él. La mayoría de estos niños sufren un trastorno de estrés postraumático…

En la escuela y en el campamento, se conocen y se hacen amigos», explica la Lugartenencia sobre el proyecto.

En Gaza, otro proyecto pequeño realizado por la Lugartenencia para el Norte de Italia que contribuyó a la renovación de la casa de las Hermanas del Verbo Encarnado, muy involucradas en actividades pastorales y humanitarias con la comunidad local.

La misma Lugartenencia decidió también destinar parte de sus fondos a la restauración del sistema de recogida de aguas pluviales de la sede del episcopado del Patriarcado latino.

Además de estos proyectos pequeños, la Lugartenencia para el Norte de Italia informa que en 2021 pudo recibir y remitir al Gran Magisterio las aportaciones del cinco por mil recibidas a través de la Fundación religiosa «Opera per la Venerazione dei Luoghi Santi e del Santo Sepolcro» («Obra para la veneración de los santos Lugares y del Santo Sepulcro») creada por la Lugartenencia en 2013: Se habla de unos 100.000 euros que la Lugartenencia ha querido destinar a becas para estudiantes cristianos que frecuentan las escuelas del Patriarcado latino de Jerusalén.

Siguiendo en el ámbito de la educación, la Lugartenencia de Bélgica envía desde 2017 una ayuda a la escuela española de Jerusalén dirigida por las Misioneras Hijas del Calvario, apadrinando a doce alumnos.

«El coste por alumno es de unos 1.000 euros al año, pero las hermanas también acogen a los alumnos que no pueden pagar su escolarización», escriben los miembros de Bélgica. Y es para apoyar estas situaciones que los Caballeros y Damas intervienen, en algunos casos incluso pagando la pensión alimenticia de los jóvenes cuyas familias se encuentran en una situación de pobreza absoluta.

La Lugartenencia para Austria también tiene una larga historia con varias realidades en Tierra Santa. Desde 2001, su Comisión para Tierra Santa ha estado buscando la manera de comprometerse sobre el terreno buscando los medios de apoyar económicamente a las familias cristianas y ha decidido hacerlo comprando productos fabricados en Palestina. Inicialmente, la acción se centró en los productos de madera de olivo, a los que se añadió, durante más de diez años, la distribución de aceite de oliva producido en Taybeh, un pueblo cristiano a quince kilómetros al noreste de Jerusalén.

Desde 2009, la Lugartenencia ha conseguido vender más de 135.000 botellas de aceite, enviando 637.000 euros a Tierra Santa, la mayor parte de los cuales se han invertido de nuevo en proyectos locales.

En esta actividad participan las Secciones y Delegaciones austriacas de la Orden, que promueven activamente las ventas a través de diversos canales.

Por último, el aceite de oliva virgen extra de Taybeh es utilizado por todas las diócesis austriacas como aceite bendito consagrado durante la misa crismal. «Gracias a la iniciativa del aceite de oliva, hemos podido mejorar la situación económica de la comunidad de Taybeh y sus habitantes. Los beneficios de esta iniciativa se han utilizado para apoyar otros proyectos en Tierra Santa», se felicitan los miembros austriacos de la Orden.

Otras Lugartenencias realizan actividades de recaudación de fondos que se llevan a cabo de manera especial durante ciertos momentos importantes, como las reuniones anuales y las investiduras, o las celebraciones especiales organizadas con otras entidades vinculadas a la vida diocesana. La Delegación Magistral para Noruega, por ejemplo, colaboró con Cáritas en la organización de una misa para recaudar fondos para ayudar a la población de Tierra Santa afectada por la crisis de la pandemia.

Por su parte, la Lugartenencia Norte de Estados Unidos organizó con éxito su reunión de agosto en Sioux Falls con la participación de más de 500 Caballeros y Damas. Fue una oportunidad para recibir noticias directamente de Tierra Santa, lo que dio un impulso aún mayor a la solidaridad. En efecto, tras los testimonios de Sami el-Yousef, director administrativo del Patriarcado, y de George Bannoura, propietario de un establecimiento de artesanía en Belén, varios miembros quisieron hacer una contribución adicional a una colecta especial que superó los 100.000 dólares únicamente durante el fin de semana.

Además de esta iniciativa espontánea, la Lugartenencia también decidió financiar íntegramente el fondo de becas para los estudiantes de enfermería de la universidad de Belén con 100.000 dólares.

Fuente: Gran Magisterio (Marzo de 2022)

Los proyectos de solidaridad en Tierra Santa

Un informe sobre la ayuda de la Orden del Santo Sepulcro en 2021.

Tras dos años muy difíciles en 2020-2021 debido a la pandemia, la situación sanitaria parece mejorar lentamente en Israel.

Desde el punto de vista económico, el desempleo sigue siendo una cuestión importante.

Las peregrinaciones habían comenzado a llegar de nuevo dado el contexto, antes de que Israel volviera a cerrar las puertas a los turistas en diciembre.

«La situación es volátil y puede cambiar en cualquier momento», dijo Sami El-Yousef, director administrativo del Patriarcado latino de Jerusalén.

Durante las reuniones del Gran Magisterio y de las reuniones continentales de los Lugartenientes y Delegados Magistrales dio las gracias a la Orden del Santo Sepulcro, subrayando que la ayuda que prestan los Caballeros y Damas es esencial, además del apoyo institucional que proporciona regularmente el Gran Magisterio, que asciende a más de 750.000 dólares mensuales para la vida cotidiana del Patriarcado latino (escuelas, gastos institucionales, formación en el seminario…).

En 2020 se financiaron una veintena de proyectos pequeños, como la rehabilitación del patio de una escuela en Jifna (Palestina) o la compra de pizarras interactivas para varias escuelas del Patriarcado.

Se finalizaron varios proyectos más importantes como la construcción de una nueva casa para las Hermanas del Rosario en Beit Jala (Palestina), la construcción de una nueva planta para la casa de las Hermanas de Santa Dorotea que trabajan en la parroquia de Hashimi, en Jordania, y la rehabilitación de la casa de las Hermanas del Rosario en Marka, también en Jordania.

Para 2021, las Lugartenencias adoptaron veinte proyectos, principalmente de inversión, como la construcción de aulas en Mafraq (Jordania), la rehabilitación de un centro de aprendizaje en Al-Ahliyya (Palestina) o la construcción de un balcón para la casa de las hermanas en Gaza, por un total de casi un millón de dólares.

Los proyectos humanitarios y pastorales recibieron un importante aumento de fondosv (los primeros pasaron de 650.000 dólares a un millón para, entre otras cosas, medicamentos y emergencias sanitarias, ayuda a los refugiados iraquíes, asistencia social y emancipación de la mujer, creación de empleo en Gaza; los segundos pasaron de 340.000 a 500.000 dólares para campamentos de verano ofrecidos a los jóvenes, retiros espirituales, formación de liderazgo para los jóvenes estudiantes cristianos…).

El llamamiento del cardenal Filoni con motivo de los daños a consecuencia del Covid-19 ha proporcionado más de tres millones de dólares para pagar las tasas escolares en cuarenta escuelas, apoyar a las familias de cuarenta parroquias con paquetes de alimentos o crear puestos de trabajo en cooperación con la Universidad de Belén.

En total, la ayuda enviada por el Gran Magisterio de la Orden del Santo Sepulcro ha beneficiado a más de 20.000 personas con dificultades en este periodo complicado.

Además de esta ayuda concreta, se ha reservado sabiamente una cantidad de más de un millón de dólares para hacer frente a la pandemia en 2022.

En lo respecta a las 43 escuelas del Patriarcado, cuentan con 1.777 empleados y casi 19.000 alumnos, pero han perdido más de 600 estudiantes, la mayoría de ellos cristianos. «El reto es mantener estas escuelas, portadoras de los valores cristianos del diálogo y la fraternidad en nuestros territorios bíblicos», explicó Sami El-Yousef, añadiendo que con casi 2.000 empleados, el Patriarcado latino de Jerusalén es el mayor generador de empleo cristiano en Tierra Santa.

Cada año, la Orden contribuye con casi 4.800.000 dólares a los gastos de estas escuelas para asegurar que los niños sigan recibiendo una educación de alta calidad. Esta educación realizada en medio cristiano está abierta a jóvenes musulmanes, ofreciendo a todos la posibilidad de crecer en un espíritu de respeto y comprensión mutua.

Bartholomew McGettrick, Presidente de la Comisión para Tierra Santa de la Orden del Santo Sepulcro, que sigue de cerca las actividades y proyectos en Tierra Santa, informó en las reuniones internacionales de la Orden que la Comisión espera visitar los proyectos a principios del nuevo año 2022.

«La estrategia general de nuestra ayuda a la presencia cristiana en Tierra Santa sigue siendo la misma: nos centramos en la educación, la ayuda humanitaria y el apoyo pastoral. Es a través de estas actividades -concluyó- que se favorece el encuentro con Cristo en el mundo actual, estando con los más vulnerables: los niños, los enfermos, las personas mayores y los que se encuentran con necesidades».

Fuente: Gran Magisterio (Marzo de 2022)

La Orden al lado de las Iglesias orientales

En Tierra Santa hay muchas realidades que necesitan ayuda y que siguen manteniendo viva la Iglesia local, lo que forma parte de la riqueza y la diversidad de las comunidades presentes en la tierra de la Revelación.

Por esta razón, además de las contribuciones mensuales y de los proyectos que la Orden del Santo Sepulcro apoya a través del Patriarcado latino de Jerusalén, los Caballeros y Damas se comprometen también, por medio del Gran Magisterio, a contribuir en la realización de algunas de las iniciativas indicadas por la Congregación para las Iglesias orientales en el marco de la ROACO, Reunión de las Obras de Ayuda para las Iglesias Orientales, a la que pertenece la Orden.

Así, en 2021 se aprobaron seis proyectos por un importe total de casi 500.000 euros.

En el primer semestre se apoyaron tres proyectos: la construcción de una planta adicional en el centro pastoral «House of the Lady» de Nazaret y la finalización de la sala polivalente de la parroquia de San Felipe Apóstol de Tur’an, dos instalaciones en la Iglesia greco-melquita-católica de Israel, y la renovación de la caseta de vigilancia del monasterio benedictino de Nuestra Señora del Calvario de Jerusalén.

En el segundo semestre se realizaron otros dos proyectos para la Iglesia greco-melquita-católica: la renovación del muro del aparcamiento del colegio San José de Nazaret y la finalización de la planta superior de la escuela primaria Shefa Amr, también en Israel. Ambas escuelas tienen más de 600 alumnos
cada una.

En Nazaret, el derrumbe de una parte de la estructura planteaba graves problemas de seguridad, y este proyecto garantizará la seguridad de alumnos y profesores.

En Shefa Amr, una ciudad árabe de Israel a unos 20 km de Haifa, habitada por musulmanes, cristianos y drusos, hay dos escuelas católicas, una de primaria y otra de secundaria.

La Orden está contribuyendo al enlucido de la planta superior de la escuela primaria y, gracias a la participación local en los costes, los locales contarán con nuevas aulas, laboratorios de ciencias e informática, una capilla y una sala para actividades sociales y religiosas.

Finalmente, el último proyecto de 2021 dentro de la ROACO fue la continuación de un proyecto financiado anteriormente por la Orden en el convento maronita de San Sharbel en Belén.

El convento cuenta con dos edificios, uno de los cuales fue destruido en gran parte por un incendio en 2015. En 2018, la Orden ya contribuyó en la reconstrucción de la planta baja.

Este año el proyecto financiado es la restauración de la estructura del sótano y su transformación en una cocina para el monasterio y los visitantes.

Fuente: Gran Magisterio (Marzo de 2022)