Situación en Tierra Santa

El Comisario de Tierra Santa en Buenos Aires, Fray Luis Ángel Anguita, nos ha hecho llegar este escalofriante video en el que se demuestra, una vez más, el sufrimiento de nuestros hermanos en la Fe.

La misión de la Orden del Santo Sepulcro consiste en socorrer a los necesitados a través del Patriarcado Latino en Tierra Santa lo cual implica informar de estas penosas situaciones a todos aquellos que deseen colaborar con los franciscanos y desde ya rezar.

Encomendamos a Nuestra Señora, Reina de Palestina y de nuestra Orden, la protección de todos los católicos de Medio Oriente.

 

– Socorrer a los necesitados – La caridad es superior a todas las virtudes

La Orden del Santo Sepulcro además de tener una especial devoción al Santo Sepulcro y a la Pasión de Nuestro Señor, tiene también una fuerte vocación por socorrer a los desamparados o necesitados, especialmente de Tierra Santa.

Así, los Caballeros y las Damas contribuyen económicamente que se concreta a nivel mundial en una suma de aproximadamente 10 millones de euros anuales, que son destinados al Patriarcado Latino para la ayuda de 60 parroquias, unas 40 escuelas y más de 150.000 fieles, en Jordania, Palestina, Israel y Chipre.

Las instituciones del Patriarcado, tales como parroquias y escuelas particularmente, son el objeto esencial de esta solidaridad material que también concierne, en una menor medida, a proyectos precisos de restauración o de construcción siempre validados en Roma por el Gran Magisterio.

Según el Catecismo de la Iglesia Católica nº 1826, “la caridad es la primera de las virtudes teologales: “Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad” (1 Co 13,13)”, es la virtud por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por Él mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios (Catecismo de la Iglesia Católica nº 1822) y es, según San Pablo, el vínculo de la perfección (Col 3, 14).

Dios nos creó por amor, para amar. El ejercicio de esta virtud nos ayuda a que personalmente nos configuremos con Cristo que es la cima de la perfección. Sin embargo, esa perfección no sería tal si nos olvidásemos del prójimo.

El socorro a los necesitados implica la ayuda material en la medida de nuestras posibilidades, la Iglesia Santa desde los primerísimos tiempos del cristianismo cuidó de las viudas y los huérfanos y con el correr de los siglos se preocupó de los esclavos, de los desvalidos, de los enfermos, de los niños y de los ancianos. Uno de los ejemplos más relevantes es el de Santa Teresa de Calcuta.

La caridad no se agota en la ayuda material. Indudablemente, la mayor obra de caridad es salvar el alma de nuestro prójimo, por eso mismo, las obras materiales van siempre acompañadas de la enseñanza de la doctrina y de la vida sacramental.

En este sentido, la Iglesia nos enseña las obras de misericordia corporales y espirituales:

Obras de misericordia corporales

Visitar a los enfermos
Dar de comer al hambriento
Dar de beber al sediento
Dar posada al peregrino
Vestir al desnudo
Visitar a los presos
Enterrar a los difuntos

Obras de misericordia espirituales

Enseñar al que no sabe
Dar buen consejo al que lo necesita
Corregir al que se equivoca
Perdonar al que nos ofende
Consolar al triste
Sufrir con paciencia los defectos del prójimo
Rezar a Dios por los vivos y por los difuntos

Los Caballeros y las Damas de la Orden del Santo Sepulcro procuran encarnar las enseñanzas evangélicas tanto a nivel personal como corporativo.

Más información de interés

Gran Magisterio

Órgano de gobierno central y universal de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro con sede en Roma.

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Arquidiócesis de Jerusalén.

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Informe de las actividades llevadas a cabo por la Lugartenencia de Argentina.

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Noticias de Tierra Santa

Actividades de la comunidad católica más antigua de la Cristiandad. Descripción de las iglesias, escuelas y hospitales con cuyo sostenimiento colabora la Orden.

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Formación Doctrinal

Para amar más a Dios, hay que conocerlo más. Agenda con las conferencias y charlas de formación.

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Misas a perpetuidad

Las Misas Perpetuas de Tierra Santa “son intenciones de Misas que los Franciscanos de Tierra Santa celebran a perpetuidad por aquellos que las solicitan”. Se aplican para personas vivas pidiendo por sus diversas necesidades, o en sufragios por las almas de los difuntos.

La inscripción de las intenciones es individual y personal debiendo quedar sus nombres anotados en el registro de las mismas y el costo es de $ 500 (pesos quinientos); lo recaudado por las intenciones de estas Santas Misas se destina al sostenimiento y culto de los Santos Lugares de Nuestra Redención, como así también a las actividades religiosas, pastorales, sociales y educativas en forma de auxilio a las víctimas de la guerra “especialmente en Siria” y de la situación económica adversa en Tierra Santa.

Estas Santas Misas se celebran en el Santo Sepulcro, en el Calvario, en el Getsemaní, en Belén, en Nazaret y en los demás Santuarios custodiados por los Frailes de la Custodia de Tierra Santa.

Fiestas de la orden

El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) enseña que “la Liturgia es «acción» del «Cristo total» (Christus totus). Los que desde ahora la celebran participan ya, más allá de los signos, de la liturgia del cielo, donde la celebración es enteramente comunión y fiesta” (CIC nº 1136).

Es un deber de la Iglesia «celebrar la obra de salvación de su divino Esposo con un sagrado recuerdo, en días determinados a través del año. Cada semana, en el día que llamó «del Señor», conmemora su resurrección, que una vez al año celebra también, junto con su santa pasión, en la máxima solemnidad de la Pascua.

Además, en el ciclo del año desarrolla todo el Misterio de Cristo. […] Al conmemorar así los misterios de la redención, abre la riqueza de las virtudes y de los méritos de su Señor, de modo que se los hace presentes en cierto modo, durante todo tiempo, a los fieles para que los alcancen y se llenen de la gracia de la salvación» (SC 102). (CIC nº 1163)

“El pueblo de Dios, desde la ley mosaica, tuvo fiestas fijas a partir de la Pascua, para conmemorar las acciones maravillosas del Dios Salvador, para darle gracias por ellas, perpetuar su recuerdo y enseñar a las nuevas generaciones a conformar con ellas su conducta. En el tiempo de la Iglesia, situado entre la Pascua de Cristo, ya realizada una vez por todas, y su consumación en el Reino de Dios, la liturgia celebrada en días fijos está toda ella impregnada por la novedad del Misterio de Cristo”. (CIC nº 1164)

“El año litúrgico es el desarrollo de los diversos aspectos del único misterio pascual. Esto vale muy particularmente para el ciclo de las fiestas en torno al misterio de la Encarnación (Anunciación, Navidad, Epifanía) que conmemoran el comienzo de nuestra salvación y nos comunican las primicias del misterio de Pascua”. (CIC nº 1171)

«En la celebración de este círculo anual de los misterios de Cristo, la santa Iglesia venera con especial amor a la bienaventurada Madre de Dios, la Virgen María (CIC nº 1172) (…), y hace memoria de los mártires y los demás santos «proclama el misterio pascual cumplido en ellos, que padecieron con Cristo y han sido glorificados con Él; propone a los fieles sus ejemplos, que atraen a todos por medio de Cristo al Padre, y por sus méritos implora los beneficios divinos» (SC 104; cf SC 108 y 111). (CIC nº 1173)

El calendario de la Iglesia, el calendario del propio país, y el de la propia comunidad, establece las categorías de celebración litúrgica: Solemnidad, Fiesta, Memoria, Conmemoración y Feria.

Solemnidad:

Es la celebración de mayor rango; se caracteriza porque su «día litúrgico» dura más de 24 horas: comienza al atardecer del día calendario anterior, y termina al terminar el día calendario, por lo tanto tiene dos misas (la de la tarde anterior y la del día). En la misa de las solemnidades hay dos lecturas, salmo y Evangelio.

No todas las solemnidades son iguales entre sí, también hay una jerarquía entre ellas; la mayor de todas es la Pascua (madre de todas las solemnidades), luego otras mayores, como el Nacimiento de Jesús y otras dedicadas a la vida de Jesucristo, los domingos, las de la Virgen María y los santos, e incluso celebraciones que a lo mejor son de menor rango para la Iglesia universal, pero que en una determinada comunidad puede ser exigible que se celebren como solemnidad, como la celebración del santo patrono.

Si una solemnidad cae, por ejemplo, en domingo, y ese domingo es de mayor rango, la celebración de la solemnidad se mueve a otro día, pero no se quita.

Los domingos son siempre solemnidad (se recomienda la lectura de la Encíclica Dies Domini de San Juan Pablo II).

Fiesta:

Dura como un día calendario. Muchos textos aluden al tema de la fiesta, pero no todos. En la misa hay una sola lectura, salmo y Evangelio, como en los días de semana. Tienen esta jerarquía, por ejemplo,  las celebraciones de los Apóstoles, las distintas advocaciones de la Santísima Virgen, los evangelistas, etc.

Memoria:

Son las celebraciones de los santos o acontecimientos de la vida de Jesucristo o de la Virgen María de menor rango. Muy pocos textos de la liturgia hacen relación al tema de la celebración, no interrumpen el curso de la lectura bíblica que se venga haciendo.

La memoria puede ser «libre» u «obligatoria», enel primer caso, puede omitirse, mientras que en el segundo debe celebrarse cuando el calendario litúrgico así lo indica; no hay ninguna diferencia en el modo de celebrarlas.

Conmemoración:

Durante los días del 17 al 24 de diciembre, en la Octava de Navidad y en toda la Cuaresma, no se puede celebrar ninguna memoria, ni siquiera las memorias de las comunidades particulares, por ese motivo, si una memoria cae en esos tiempos, se convierte en «Conmemoración», y es de celebración libre.

Esto es especialmente importante en la Cuaresma, porque como sus fechas son variables, -y además es un tiempo relativamente largo de cinco semanas-, siempre ocurre que hay memorias que coinciden con las ferias de cuaresma, que son de mayor rango; esas memorias se vuelve «conmemoración».

Feria:

Son los días litúrgicos que no tienen ninguna de las calificaciones anteriores. De todos modos, como se puede deducir, también están organizados jerárquicamente: las ferias del tiempo ordinario son las celebraciones de menor categoría litúrgica, pero las de Cuaresma son más importantes que las memorias.

Las ferias tienen secuencias de lecturas que las ligan unas con otras, de manera que a cada tiempo, en sus ferias se va desarrollando -a través de las lecturas y los textos en general– el tema que le corresponde (penitencia, espera de la segunda venida, espera de la primera venida, celebración de la resurrección, espera del Espíritu Santo, etc.).

«Los Caballeros y las Damas de la Orden del Santo Sepulcro, pueden lucrar indulgencia plenaria cristiana en cada una de estas fiestas, cumpliendo, además, con los requisitos establecidos por la Penitenciaría Apostólica»


Santa Elena

18 de agosto


San Pío X

21 de agosto


La Exaltación de la Santa Cruz

14 de septiembre


La bienaventurada Virgen María, Reina de Palestina

25 de octubre


Difuntos

2 de Noviembre

Oraciones

Actividades Académicas

Preguntas

Las siguientes preguntas son las formuladas con mayor frecuencia. Procuramos
responder a cada una de ellas de un modo claro y concreto; sin perjuicio de ello, puede
contactarnos mediante el buzón de correo para mayor información.

  • ¿La Orden del Santo Sepulcro forma parte de la Iglesia Católica?

    La Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, es una muy antigua Orden
    Pontificia, es decir, aprobada por el Papa y en el ámbito de su dependencia directa. Un
    ejemplo, es que el Papa San Pío X, fue su Gran Maestre. En la actualidad, depende del
    Papa a través del Gran Magisterio que está conformado por un Cardenal, un Gobernador
    Central (Laico) y un Consejo. Además, el cruzamiento de caballero conlleva el
    juramento –entre otros- de fidelidad al Papa y a la doctrina de la Iglesia configurando de
    este modo un esencial rasgo de unidad.

  • ¿Cómo ayuda la Orden a la Iglesia?

    - En primer lugar con su oración toda vez que los Caballeros y las Damas se comprometen a vivir la vida cristiana y parte muy importante de ella es la oración.
    - En segundo lugar con el ejemplo de la vida cristiana en el ámbito de la familia, trabajo, amistad, preocupaciones, enfermedades y alegrías, en fin, en todos los órdenes del cotidiana.
    - En tercer lugar gracias a las contribuciones económicas que cada una de las Lugartenencias realizan para el sostenimiento de la comunidad católica de Tierra Santa, especialmente de las iglesias, escuelas y hospitales.
    -En efecto, la Orden del Santo Sepulcro coordina la ayuda global enviada al Patriarcado latino que cuenta con 60 parroquias, unas 40 escuelas y más de 150.000 fieles, en Jordania, Palestina, Israel y Chipre. Las instituciones del Patriarcado, tales como parroquias y escuelas particularmente, son el objeto e-sencial de esta solidaridad material que también concierne, en menor medida a proyectos preci-sos de restauración o de construcción siempre validados en Roma por el Gran Magisterio. El presupuesto del conjunto se acerca a los 10 millones de euros cada año.
    - En el marco de la Reunión de las Obras de ayuda a las Iglesias Orientales, la Orden del Santo sepulcro asume también otros proyectos en territorios bíblicos, como Egipto o Líbano.
    - Por otra parte los miembros de la Or-den, animados a ir regularmente de peregrinación a Tierra Santa aportan un apoyo moral impor-tante a los cristianos de esta región del mundo que en un clima, de variadas crisis económicas y políticas procuran ser actores de la cultura del encuentro para el servicio de la paz. - Caballeros y Damas desean formar parte de la vida de sus respectivas diócesis, respondiendo así, a las directivas del Gran Maestre, particularmente para responder a las necesidades de los más pobres por ejemplo en lo concerniente a la acogida de personas refugiadas y emigrantes.

  • Los integrantes de la Orden procuran vivir la vida cristiana ¿qué diferencia hay con el resto de los católicos?

    Cada católico es responsable de su correspondencia a la Gracia. La
    Orden se presenta como un ámbito apropiado para descubrir el apoyo necesario
    para vivir las exigencias de la vida cristiana: formación doctrinal, consejo, piedad
    rectitud de vida y ejemplo.

  • ¿La Orden también está integrada por mujeres?

    La Orden no es exclusiva para varones. Las mujeres se incorporan como Damas de la
    Orden con los mismos derechos y obligaciones que los Caballeros, pueden ocupar cargos en el Consejo e incluso ser designadas como Lugartenientes.